Ingredientes (4 personas):
- 1 plancha de bizcocho o bizcochos de soletilla
- 100 ml de agua
- 50 g de azúcar
- 60 ml de whisky
- 150 g de leche condensada
- 150 g de queso crema
- 250 ml de nata para montar
- 1 cucharada de esencia de vainilla
Para la yema tostada:
- 4 yemas de huevo
- el mismo peso de las yemas en azúcar
- el mismo peso de las yemas en agua
- 1 hoja de gelatina
Para adornar:
- almendra crocanti
Preparación:
- Forrar un molde desmontable con papel de horno o film plástico, para que sea más fácil sacar la tarta terminada. Cubrir el fondo con una plancha de bizcocho o bizcochos de soletilla.
- Hacer un almíbar poniendo el agua, el azúcar y la mitad del whisky en un cazo. Calentar todo hasta que hierva y mantenerlo en ebullición unos 10 minutos.
- Emborrachar generosamente el bizcocho con el almíbar.
- Montar la nata en un bol grande. Reservar.
- Aparte, batir la leche condensada con el queso, la vainilla y el whisky que había sobrado. Verter esta mezcla sobre la nata montada, poco a poco con movimientos envolventes hasta que esté totalmente integrado.
- Echar la crema sobre el bizcocho, tapar el molde y meterlo en el congelador varias horas, hasta que esté firme.
- Para preparar la cobertura de yema: remojar la hoja de gelatina en un vaso de agua fría. Mientras, preparar un almíbar con el mismo peso de las yemas en azúcar y agua, hervir hasta que espese ligeramente sin coger color y añadir la gelatina escurrida.
- Batir las yemas en un cuenco y verter encima el almíbar en forma de hilo, batiendo sin parar con unas varillas.
- Sacar la tarta del congelador, verter por encima la crema de yemas y volver a congelar bien tapada.
- Sacar 20 minutos antes de servir, desmoldar y espolvorear con azúcar para quemarlo con un soplete y crear una superficie acaramelada.
Decorar los bordes con almendra crocanti.